Internacional: Óscar García

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Esta semana, viajamos en nuestra Pasión de Bronce internacional hasta Noruega. Nuestro protagonista de la semana es todo un trotamundos del balompié. Tras haber disputado la categoría de bronce con equipos como el San Roque de Lepe, el Leganés, o el Loja (posteriormente a su primera aventura exótica), decide marcharse nada menos que a Kazajistán, en el continente asiático, para enrolarse en las filas del Kairat Almaty. No se quedaría ahí su inquietud de viajar y conocer otro fútbol, puesto que más adelante decide marcharse hasta Noruega (donde esta temporada pasa ya por su cuarto equipo) para jugar en el Birkebeineren, desde donde pasaría al Moss FK en el mismo país.

Desde el Moss FK vuelve a coger las maletas y a cambiar de continente, para dirigirse en esta ocasión al Auckland City neozelandés, donde además ganaría la liga y la Champions de Oceanía.

Vuelta a Noruega para jugar en el Raufoss ILy fin de la aventura hasta ese momento. Este pasado mes de enero disputó las Sesiones AFE y acabó recalando de nuevo en Noruega, en el Egersunds IK.

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eik2HdB Cuéntanos, Óscar… ¿Qué te lleva a embarcarte en esta aventura de disputar una liga extranjera por primera vez?

ÓG Ya tenía ganas de vivir una experiencia en el extranjero a nivel futbolístico, ver otras formas de trabajar, conocer nuevas culturas…  aunque sólo eran pensamientos. Nunca había imaginado lo que podría llegar a vivir después. Al fin y al cabo, lo que deseas con fuerza se acaba convirtiendo en realidad tarde o temprano.

HdB Esa primera experiencia queda ya atrás. Desde entonces has disputado diferentes ligas en diferentes países. ¿Con qué te quedas de cada uno de ellos?

ÓG De Kazajistán me quedo con que fue el primer país al que salí, y nada menos que a otro continente. Me quedaría con su cultura, su manera de vivir… Pero en todos los sentidos: a nivel futbolístico, y a nivel del día a día. Eso me hizo crecer mucho como persona.

De Nueva Zelanda me quedo con que es una isla increíble… Siempre tiene rinconcitos que visitar, y sobre todo le guardo un gran aprecio porque allí fue donde gané mi primera liga a nivel profesional y la Champions de Oceanía, cosa que nunca pensé que podría llegar a vivir.

Noruega es un país con una calidad de vida increíble, aunque eso sí… ¡Hace muchísimo frío! Pero es un lugar que te puede llegar a aportar muchas cosas por la mentalidad que aquí se tiene, aplicándolo tanto al fútbol como a la vida personal. Al fin y al cabo, todo lugar que no sea tu propio país… Te enseña algo que te hará crecer.

HdB ¿Qué diferencias te has encontrado respecto a la metodología de trabajo?

ÓG Aquí se le da mucha importancia a la preparación física y a correr mucho, y se trabaja menos a nivel táctico; porque en España se le da importancia a la preparación física, pero te llegas a encontrar con algún entrenamiento que sea sólo táctico y eso a día de hoy aquí no lo he vivido. Pero como siempre digo… cada uno tiene su forma de trabajar. Y para mí es más competitivo en España, porque aparte allí es el deporte rey.

HdB ¿A qué división española equipararías el fútbol que estás disputando?

ÓG No te puedes basar en nada para comparar ambos niveles, porque las maneras de jugar son muy diferentes. Sería un error equipararlas.

HdB Y la afición, ¿es muy diferente su forma de comportarse en el campo?

ÓG El aspecto de la afición es algo que se echa mucho de menos… Aquí el deporte rey no es el fútbol, por lo que no encuentras a mucha gente en los campos, y más cuando es invierno. Quizá en verano sí haya algo más de afluencia cuando suben las temperaturas (y ha pasado la época de los deportes de invierno).

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HdB ¿Qué objetivos deportivos tienes con tu actual club?

ÓG Subir de categoría, porque llevan dos años quedándose a las puertas, y este año se ha confeccionado un proyecto ambicioso para conseguirlo, así que no queda otra que trabajar duro y a finales de año poder estar celebrándolo.

HdB ¿Recomendarías la experiencia a tus compañeros en España?

ÓG Totalmente recomendable. Vivir otras culturas, conocer otros países, otras lenguas, y encima poder hacer lo que amas… No tiene precio. Y además, como persona te hace crecer y madurar mucho más. Quien tenga la oportunidad de salir, que lo haga. No se arrepentirá.

HdB ¿Sigues la Segunda División B desde la distancia? ¿Cómo la estás viendo?

ÓG Sí que la sigo, porque tengo muchos compañeros jugando en diferentes equipos y me gusta saber cómo les va. Y, ¿qué me parece? Sigo pensando lo mismo que cuando la disputaba., Es una categoría que, a pesar de todos los problemas que sigue teniendo, es muy bonita de disputar, y muy dura. Equipos que el año pasado disputaron playoff este año están en la mitad de la tabla, o han desaparecido como es el caso de Huracán Valencia. Es una categoría muy bonita de seguir porque cada fin de semana hay algo que te sorprende.

HdB ¿A cuál de tus compañeros te llevarías a España si fueses el responsable de fichajes de un equipo?

ÓG Pues a día de hoy me llevaría a todos mis compañeros sin ninguna excepción, porque para mí son los mejores que hay y por los que tengo que apostar a muerte.

HdB ¿Qué compañero, o jugador al que te hayas enfrentado, te ha sorprendido especialmente?

ÓG Más que rivales te diría compañeros, y no podría individualizar. Para mí, independientemente de la categoría en que haya sido, todos esos que ya compiten a un alto nivel han llegado muy lejos, porque estar año tras año dentro de la rueda ‘Primera-Segunda-Segunda B’ es muy difícil. Vivimos en un país donde muchísima gente sueña con jugar al fútbol, y seguir compitiendo año tras año es muy complicado.

HdB ¿Qué es lo primero que buscas en internet cuando te desplazas a vivir a un nuevo país?

ÓG Lo primero en que me fijo es ver claramente dónde está situada la ciudad, cómo es, informarme un poquito de lo que tiene, de su riqueza… Y luego, obviamente, el estadio, las instalaciones… Ese tipo de cosas.

HdB Seguro que has vivido muchas anécdotas curiosas en tu devenir por tantos países diferentes…

ÓG¡De verdad que sí! Cuando iba a Kazajistám llevaba el pasaporte en blanco, sin visado ni nada, y sin saber decir en inglés ni ¡Hola! Haciendo escala en Turquía no me querían dejar pasar al vuelo siguiente porque no llevaba visado para este país, y decían que no entendían cómo había llegado hasta ahí. Por suerte, llegó una chica que hablaba español y se iba a meter en el vuelo y me ayudó. Le dije que yo lo único que tenía que hacer era montarme en el vuelo, que se las arreglase. Y no sé qué les diría, pero me dejaron pasar.

Una vez aterrizado no podía entrar al país por carecer de carta de invitación, y supuestamente iban a deportarme a España, y de nuevo me ayudó esta chica, ayudándome a rellenar papeles hasta que al final lo conseguí. Fueron las dos horas más largas de mi vida, porque no entendía nada de lo que decían y me asustaba la idea de que me deportasen, o a saber qué iban a hacerme.

De Nueva Zelanda no destacaría gran cosa, aunque me costó acostumbrarme al coche. Se conduce por la izquierda y toda la instrumentación de los vehículos está al revés, así que iba conduciendo a veces por el lado contrario, o chocando con los bordillos.

En Noruega… ¡Nada! Ya iba escarmentado de todo (risas).