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Cuchillos que se afilan

Hay cuchillos que, a la vez que cortan, se afilan

Rafael Pérez Guerrero ‘Padilla’

Estos párrafos de opinión surgen de un recuerdo de la infancia sentado en el sofá de mi abuela merendando tras una larga tarde jugando al fútbol. Quizás el punto de partida sea totalmente erróneo pero desde mi parecer puede tener cierta similitud con todo el proceso que engloba este maravilloso deporte, el FÚTBOL. El mundo del fútbol está teniendo una gran ´revolución´ en los últimos años con la introducción de elementos externos al juego pero que vienen a aportar mejoras y avances en todos los aspectos. Esta nueva orientación hace que cada día el entrenador deba dominar más campos y guiar a los ´especialistas´ en sus diferentes procesos. Grandes cuerpos técnicos que buscan el máximo rendimiento posible, desde su área de estudio. Este hecho hace cada día más difícil, como yo lo percibo, poder confeccionar una tarea que recoja todos aquellos parámetros necesarios para englobar a cada una de las áreas de estos cuerpos técnicos y que exija el rendimiento necesario para estar más cerca de la victoria el domingo que de la derrota.

¿Y si todo fuera más fácil ó más difícil?

Volviendo a retomar con los recuerdos de la infancia, se viene a mi memoria un spot publicitario de aquella época, el cual, mi primo y yo llamábamos “anuncio estrella”, ya que a mi abuela le gustaba particularmente, se trataba de un anuncio de cuchillos japoneses. Aquella campaña publicitaria de la década de los 90 decía literalmente: “¿Está cansado de encontrar en el cajón de su cocina cuchillos poco afilados? Tenemos la solución para su cocina. Compre los cuchillos Japoneses que a la vez que cortan se van afilando y jamás pierden sus propiedades. Nunca más volverá a tener que gastar su tiempo en afilarlos. No lo dude más, y llámenos”.

Hace unos días, viendo una película en una conocida plataforma audiovisual, llegó a mi recuerdo este anuncio televisivo (que nunca se había olvidado) pero estaba almacenado muy internamente. Y, ¿cómo no? Me lo llevé al ámbito profesional, a lo que me apasiona, al mundo del fútbol.

¿Y si en el fútbol a la vez que cortamos pudiésemos afilarnos?

¿Y si en el entrenamiento fuésemos capaces de a la vez que cortásemos no perdiéramos nuestras propiedades para el gran banquete del domingo? Partiendo de esta premisa, ¿se puede naturalizar nuestro deporte, atendiendo a su complejidad, sin separar estructuras, sin dividir, sin parcelar, simplemente atendiendo al juego en todo su esplendor? Cuestiono si los entrenadores seríamos capaces de crear una metodología que se centrara en ´jugar más y entrenar menos´, para así poder recoger todas las área de trabajo que abarcan el fútbol y atendiendo a todos los estímulos que nos recomiendan los ´especialistas´ que rodean a la figura del entrenador.

Por tanto, las ´tareas jugadas´ pueden ser parte de esa gran revolución del juego, porque ayudan a asimilar la realidad de la competición. Partir de la complejidad para entender los detalles. Y no viceversa. A poder ser, tareas con números de jugadores elevados, donde se nos dificultará nuestra función como observadores, de eso se trata. En la competición no habrá divisiones, ni áreas, ni particiones para su mejor entendimiento. Todo será rápido y bullicioso. ¿Podemos tener esa tendencia a alejarnos de lo realmente importante para empezar a atender lo menos importante en el mundo del entrenamiento y la competición? ¿Y si estamos atendiendo a afilar sin atender a cortar?

Dudo que este artículo se haya construido sobre unas bases sólidas y que lo sostengan, pero surge desde el recuerdo y desde la novedad de aquellos maravillosos cuchillos japoneses que a la vez que cortaban se afilaban.

 

Rafael Pérez Guerrero ‘Padilla’ es Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Actualmente, Segundo Entrenador del San Fernando CD

Limitaciones mentales del deportista: fortaleza mental

En las profundidades del invierno finalmente aprendí que en mi interior

habitaba un verano invencible”

Albert Camus

En el fútbol, como en cualquier deporte, la fortaleza mental está relacionada con el rendimiento de forma directa, y podríamos hablar de fortaleza mental como sinónimo de rendimiento deportivo. Esto nos lleva a definir fortaleza mental como la capacidad que posee un deportista para desempeñarse como tal de manera firme en la categoría superior de sus talentos y habilidades, sin importar cuales sean las circunstancias competitivas. En resumen, aprovechar todo su potencial.

El estudio de la mente, el cerebro, el sistema nervioso, nos llega desde hace mucho siglos, cuando se estudiaba la psicología (aún no así llamada) intentando escarbar en la dualidad mente-cuerpo. En términos de neurología y psicología, Descartes, entre otros, fue un adelantado a su tiempo, describiendo con palabras de la época todo el flujo de información del sistema nervioso y el conglomerado de estados mentales que nos llevaban a ser más fuertes, mejores, más precisos…

El futbolista pasa en una temporada por un nivel de estrés en ocasiones insoportable, pues debe hacer frente a convocatorias, competición, lesiones, altercados, decisiones no compartidas o rivalidades con la gente con la que convive día a día. Eso es el deporte, es su día a día, por ello la mentalidad y la fortaleza mental que un futbolista pueda tener, es fundamental para llegar a lo más alto y diferenciarse de los demás.

Pero para que esta fortaleza se implante en la mentalidad del deportista es necesario que vaya acompañado de los siguientes elementos:

  • Compromiso: debe estar determinado a conseguir un objetivo. Es algo más que estar motivado.
  • Control: para poder manejar las emociones y el estrés, sobre todo bajo presión, y que nos permitan poder pensar con claridad en la toma de decisiones.
  • Confianza: sustentada en una infinita y casi indestructible creencia en uno mismo y en las habilidades propias del deportista.
  • Concentración: consiste en mantener la atención en las prioridades, bloqueando o eludiendo distracciones y distractores.
  • Conocimiento de sí mismo: es la base de las aptitudes anteriores. Tiene que ver con entender qué queremos y dónde queremos llegar como deportistas y reconocer nuestras fortalezas y limitaciones para lograrlo.

Estas cualidades permiten, por ejemplo, un rendimiento deportivo firme y seguro: si estoy convencido de mis objetivos como deportista (compromiso), teniendo claro a qué aspiro y qué significado tiene lo que hago para mí (conocimiento de sí mismo), puedo diariamente poner el esfuerzo para realizar todas las tareas de entrenamiento sin dejarme sobrepasar por la presión del entrenamiento y la competición (control). Para ello necesito creer que tengo la capacidad suficiente para alcanzar las metas o que puedo aprender las destrezas necesarias (confianza) y dejarme guiar por mi objetivo deportivo y encaminar mis esfuerzos de modo eficiente hacia ellos (concentración).

Tres titanes entran en juego y nos retan en el camino para lograr nuestra fortaleza mental como deportistas, hablamos de creencias limitantes, apegos y anclas.

Figura propiedad de DesarrollaTUMente, esquema explicativo del ciclo de transformación de las creencias, mediante herramientas, apegos y anclas 

En este artículo nos referiremos únicamente a las creencias, que en solo dos palabras, nos definen como seres humanos, como personas, y por ende como futbolistas. Si seguimos la premisa de Gasset “las creencias son la base de nuestra vida…”, estamos asumiendo que cualquier elemento que venga a atentar contra ellas suponga saltar un precipicio sin ver el fondo. El mero hecho de querer cuestionar una creencia nos hace que el miedo y la inseguridad se apoderen de nosotros. Somos lo que creemos ser, no hay otra…

Desarrollar la actitud de cuestionar nuestras creencias para poder llegar a un rendimiento superior, es acceder al camino de la libertad.

Debemos ser conscientes que modificando nuestras creencias estamos cambiando el curso de nuestro trabajo diario. Tendremos el súper poder de ser los creadores de nuestro propio destino, todos los días, en cada entrenamiento, y al tiempo nos estamos fortaleciendo como personas.

La casuística diaria de un futbolista es una montaña rusa, no importa que seas Messi o juegues en segunda B, todos, absolutamente todos los jugadores pasan por las mismas situaciones, en ocasiones no controlables por ellos mismos, sino que las circunstancias externas les condicionan. Nuevo entrenador, nuevos compañeros, lesión fortuita, cambio de club… Todos los días, cada entrenamiento es una competición.

¿Cómo construimos un jugador fuerte mentalmente? Podríamos aludir a la psicología deportiva básica o el coaching, donde los elementos CONOCER TU ENTORNO, COMPRENDER TU ENTORNO, ACTUAR EN CONSECUENCIA, son las claves para poder enfrentarte a ello.

Pero si nos damos cuenta, estas acciones, son de un nivel más alto que las creencias, apegos o anclas, son acciones, que hay que llevar a cabo, cuando has CONSOLIDADO tu propia forma de pensar.

Una vez que has trabajado tus creencias y has cambiado las creencias limitantes  o apegos, las tareas de estudiar a tu entrenador (y por tanto la forma de comportarte con él), a tus compañeros (y por tanto la forma de relacionarte con ellos) al entorno (y por tanto encontrar tu rol en el equipo), se expresan de forma natural.

Ni que decir tiene, que por debajo incluso de este ejercicio (habitualmente hecho con estudio propio o con la ayuda de un coach deportivo), está la comprensión del comportamiento de las personas en base a la NEUROCIENCIA.

Veamos cómo nos podemos liberar de limitaciones mentales, poniendo en la mesa qué capacidades y conocimientos deberíamos tener para ello con un ejemplo.

Caso 1: No convocado

Si aplicamos lo dicho hasta ahora, la no convocatoria supone de forma inmediata una bajada de AUTOESTIMA, MOTIVACIÓN Y CONFIANZA (ver unidad formativa del mismo nombre del curso NEUROCIENCIA APLICADA A LA MEJORA DEL RENDIMIENTO EN EL DEPORTE DEL FÚTBOL de ACADEMIA de BRONCE), dado que el mensaje que el entrenador o staff ha trasladado, es que no eres suficientemente bueno para jugar ese fin de semana.

Bien, si analizamos la situación desde el punto de vista Psicológico y de creencias, si soy fuerte, creo en mis posibilidades y el trabajo realizado durante la semana, no es necesario mirar a una fuente externa (entrenador y staff) para culpar o buscar motivos. Los motivos hay que buscarlos dentro, en mi propio comportamiento. Sería tan malo no pensar en qué ha ocurrido para no estar convocado, como en pensarlo culpando a otros. Se debe reflexionar, calmadamente, tras el partido, cuando se haya pasado el pico de la emoción de ira que se ha presentado, sobre los motivos por los que no he sido convocado, desde el punto de vista personal. Si nuestras creencias, son que somos capaces y estamos a la altura del equipo, la reflexión irá más orientada a la falta de necesidad de mi puesto en el campo para ese partido, necesidad de un mayor esfuerzo en los entrenamientos o simplemente un tema de rotaciones (en categorías inferiores). Sin culpar a ningún elemento externo.

Si deseamos dar un nivel adicional de profesionalidad a nuestras reacciones, y en base a la neurociencia y el conocimiento de las personas, debemos reflexionar, como estos pensamientos positivos, razonamientos, etc, nos da fuerzas extra y motivación para que nuestra motricidad y aspectos sensoriales en los próximos entrenamientos, sean mayores que nunca. Es decir, si nuestro pensamiento está en línea con las necesidades, las órdenes que el cerebro y el sistema nervioso está dando al sistema motor musculo-esquelético, son más potentes, y por tanto más rápidas, es un simple aspecto de conexiones neuronales, del encéfalo hacia los músculos, tendones y ligamentos.

Ahí habremos entrado en el paso de la motivación y creencias potenciadoras, a una MEJORA PALPABLE DEL RENDIMIENTO.

(ver curso NEUROCIENCIA APLICADA PARA LA MEJORA DEL RENDIMIENTO DEPORTIVO EN EL FÚTBOL, de ACADEMIA DE BRONCE).

Ese nivel de conocimiento y comprensión de la situación, nos permite alcanzar nuestro mejor nivel.

Para completar la reacción a este hecho de la no convocatoria, la ACTITUD también debe estar acorde con la reacción positiva y de superación. Comprender por qué el entrenador tomó esa decisión, respetarla, mantener una actitud con él de seriedad, compromiso y respeto, ayudará a resetear el contador para el próximo partido. Ese respeto y comprensión, se trasmite, en gestos, acciones, palabras incluso, el entrenador percibe que puede contar contigo, ese es el momento de estar incluso más dispuesto o disponible, para enviar el mensaje explícito o implícito, diciendo “estoy para lo que necesite el equipo y entrenaré mejor que nunca”.

En términos de emociones, todo es una cuestión de biología. El cerebro es el órgano responsable de controlar y coordinar el comportamiento de un organismo.

Es la mente consciente la que genera nuestras emociones. Las emociones no solo derivan de una respuesta de nuestro cuerpo a las informaciones que le ofrece el medio ambiente. A través del autoconsciente la mente puede utilizar al cerebro para generar moléculas de emoción (técnicamente Neurotransmisores que permiten la conexión de neuronas para crear un pensamiento o acción) y liberarlas al sistema.

En este sentido es importante señalar como deportistas un concepto que es el epicentro de nuestro trabajo de competición y de superación. Se trata de la frustración que experimentamos una gran parte de las veces en nuestra carrera deportiva. Todo gran logro viene acompañado de un gran fracaso. Lo que nos hace grandes no es nuestra capacidad de apreciar los logros, sino la forma de interpretar y afrontar los fracasos. Una serie de descalabros continuados y mal gestionados nos puede hacer sentir frustración y nos induce directamente a un estado de “incapacidad adquirida”. Es obvio que para lograr algo se necesita tiempo y esto es lo que como deportistas necesitamos esencialmente. Tenemos que adquirir nuestro compromiso como profesionales del deporte que somos en invertir tiempo para trabajar y alcanzar resultados óptimos y siempre positivos, sobre todo bajo el lema de todo esfuerzo vale la pena si lo hacemos de forma impecable y en su totalidad.

Volviendo al tema de las creencias, las creencias limitantes son una percepción de la realidad que nos impide crecer, desarrollarnos como personas o alcanzar todos esos objetivos que nos ilusionan. Esta afirmación no es cierta pero nuestra mente la toma como válida y la aceptamos por buena.

Puede ser algo con lo que hayamos convivido desde pequeños o que se haya incorporado en nuestra vida a través de alguna experiencia u opinión. Si nosotros creemos que no podemos el cerebro ya nos predispone para eso. En el fondo también hay una gran parte de miedo por lo que puede pasar, aunque nosotros ya visualizamos el futuro, naturalmente desde la parte catastrófica y pensando en todo lo que nos va a ir mal en vez de todo lo que puede ir bien.

Por lo tanto, podemos afirmar que una creencia limitante es una fuerza poderosa de nuestra conducta ya que limita el aprovechamiento integral de nuestros recursos naturales como personas y como deportistas. A quedado claro que las creencias de nosotros y del mundo que nos rodea afectan a nuestra eficacia y eficiencia cotidiana y en el desarrollo de nuestro rendimiento deportivo.

La instauración de cualquier creencia dependerá de dos factores esenciales en su constitución: la intensidad emocional de la experiencia y su repetición. Sobra decir con esto que muchas de nuestras creencias las construimos en nuestra mente basándonos en cada una de nuestras experiencias y cuanto más se repitan, más arraigadas quedan en nuestro subconsciente, que a su vez hace que las tomemos como ciertas, como dogmas inquebrantables e insustituibles.

En este punto es especialmente importante la actitud como se reciben las críticas del entrenador y compañeros, pues esas críticas se pueden ver como comentarios puntuales, o bien catalogación de nuestras habilidades. Debemos ser conscientes y catalogar las críticas como siempre positivas para poder mejorar y puntuales en casos de estrés colectivo (durante un partido).

Para ello, ante todo, recomendamos plantearnos un plan de acción, metas y aprendizaje si queremos crecer como deportistas y como personas y elevarnos a un nivel superior de consciencia deportiva y personal.

Formarse, esa es la clave para ser un deportista diferente…

E.R.T.E en el fútbol

Las nuevas medidas adoptadas por el Gobierno ,Real Decreto 463/2020 y Real Decreto Ley 8/2020, dejan un escenario peculiar para algunas profesiones que nunca se habían visto anteriormente afectadas por estas regulaciones.

Tal vez la profesión más confusa, en cuanto a normativa laboral sea dicha, puede ser la del deporte profesional. En este caso vamos a ver lo que implica para el futbolista profesional. Son varias las dudas que hay hoy en día sobre su aplicabilidad a la categoría de bronce.

¿Qué es un ERTE?

Es un Expediente de Regulación Temporal de Empleo. Es la adopción por parte de la empresa de una suspensión temporal de la relación laboral con una parte concreta de sus trabajadores.

¿Se despide a los jugadores?

No es un despido, ya que un ERTE conlleva la suspensión de empleo o una reducción de la jornada en caso de que no se necesite el despido de los trabajadores.

¿Cuándo se puede hacer?

  1. Causas económicas, técnicas, organizativas o de producción.
  2. Causas de fuerza mayor. Aquellos que tengan su causa directa en la pérdida de actividad como consecuencia de las distintas medidas gubernativas adoptadas, cuando impliquen uno de los siguientes supuestos: suspensión o cancelación de actividades, cierre temporal de locales de afluencia pública, restricciones en el transporte público y movilidad de personas o mercancías en general, falta de suministros que impidan gravemente continuar con el desarrollo ordinario de la actividad, o bien situaciones urgentes y extraordinarias debidas al contagio de la plantilla o medidas de aislamiento preventivo decretados por la autoridad sanitaria, siempre y cuando queden debidamente acreditados y constatados por la autoridad laboral.

Sabemos que en el fútbol también están las licencias federativas, igual o más importantes que los contratos. Si se hace un ERTE, ¿se da de baja la licencia federativa?

Nos informan que NO se da de baja la licencia federativa. Es decir, el jugador tiene que incorporarse a su trabajo en el momento de la extinción del ERTE ya que sólo supone una suspensión.

Entonces… ¿qué supone para los clubes?

Supone un importante ahorro económico para los clubes ya que el ERTE no producirá efectos en el período de cotización de los trabajadores, que se tendrá como efectivamente cotizado.

Y… ¿Por qué tienen miedo de aplicarlo?

A parte de la variable psicológica que explicaremos más adelante, la razón principal es el horizonte temporal. No sabemos en qué fechas pueden reanudarse los entrenamientos y la competición. Es un escenario incierto del que no hay precedentes y que toda decisión va a ser controvertida.

Y… ¿qué puede suponer para los jugadores?

  1. Pérdida económica, ya que tiene unos límites topados y muchos verán disminuidas sus retribuciones.
  2. No afecta a su periodo de cotización.
  3. Psicología de la plantilla. De todos es sabido la importancia del buen ambiente en un vestuario para la consecución de objetivos. La aplicación de esta medida puede generar malestar en la plantilla. Plantilla que, la gran mayoría, están lejos de sus casas y sus familias y siguen entrenándose de la manera que pueden.

Situación muy complicada y enrevesada la que ahora mismo atraviesa España de la que no se escapa el fútbol más humilde. Recordemos que no estamos ante jugadores y clubes que tengan una solvencia económica desmesurada. Ambos están ante un escenario nuevo y complejo que ojalá no se vuelva a repetir.

Rogamos no se confunda ni se compare la situación de los clubes y jugadores de la categoría de bronce con equipos más profesionales de otras categorías. Ni las ayudas a los equipos son las mismas, ni los jugadores tienen los mismos sueldos.

Esperemos que este pequeño artículo os haya servido de ayuda.