Antes de comenzar este artículo quiero matizar que cuando hablamos de futbolista profesional, nos referimos a la categoría de bronce, que es la que nos compete.
Me gustaría lanzar una reflexión en alto: “Un nuevo modelo de fútbol.
Después de esta nueva situación en la que los equipos no dudan en aplicar E.R.T.E o en llegar, ya de forma rutinaria, a despedir a jugadores como si de un trabajador normal se tratara (efectivamente, lo son)… Deberíamos preguntarnos:
¿Cómo queda la situación del jugador?
El fútbol, como toda profesión, tiene sus peculiaridades. Tal vez una de las mayores controversias habidas en este deporte es el llamado “periodo de fichajes“. Destacamos que es una cosa que no ocurre en los trabajos habituales en los que puedes cambiar de empresa con “relativa” facilidad.
Es bien sabido por el lector que el plazo de fichajes tiene un principio y un fin (obviemos lesiones de larga duración o las fichas libres dejadas por los equipos). Normalmente, y digo normalmente por el paréntesis anterior, se extiende desde 1 de julio a 31 de agosto en época veraniega y 1 a 31 de enero en época invernal. Una vez pasadas esa fechas, la movilidad de jugadores y clubes está tremendamente limitada.
Mi reflexión es la siguiente: “Si a un futbolista profesional se le aplica, lógicamente, la legislación correspondiente a los trabajadores…¿No cabría en este sentido que se permita, tanto a jugadores como a clubes, la libertad de contratación de personal, con su correspondiente tramitación de licencias federativas, durante cualquier momento de la temporada?”
Lanzamos la pregunta, esperemos sus opiniones…