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Internacional|Bruno Pascua: Nacional Potosí

Esta semana, en Pasión de Bronce, cruzamos de nuevo el charco y viajamos hasta Bolivia para charlar con un jugador que se desempeña en las filas del Nacional Potosí. Antes de emprender la aventura boliviana, nuestro protagonista jugó la Tercera División en un clásico como la Gimnástica de Torrelavega, o la Segunda B en las filas del filial del Real Racing Club. Pronto daría el salto al extranjero, siendo su primera aventura lejos de nuestras fronteras en el Dunaújváros húngaro, del que pasaría al Grindavik islandés. En el pasado inicio del curso, decide dar un paso más allá y atravesar el Atlántico para vivir una nueva experiencia. Esta semana, en Pasión de Bronce… Bruno Pascua.

HdB Cuéntanos, Bruno… ¿Qué te lleva a salir de España la primera vez?

BP La oferta económica obviamente es un factor importante, ya que el fútbol es un trabajo que dura un determinado tiempo. Pero principalmente fue la inquietud, las ganas de jugar al máximo nivel y de conocer otros estilos de juego diferentes al español.

HdB ¿Qué es lo mejor y lo peor que te ha pasado durante tu estancia fuera de nuestro país?

BP Lo mejor en todos ellos ha sido disfruta de diferentes estilos de fútbol y conocer nuevas culturas, que al conocerlas son totalmente diferentes de la idea preconcebida que tenías. Lo peor son los momentos en que se echa de menos a familia, amigos… Y algunas dificultades que se pueden presentar en algunos casos, que al estar solo hace que sea más duro.

HdB ¿Es más sencillo adaptarse al fútbol en un país donde se habla tu mismo idioma, como en Bolivia, que en Islandia o Hungría?

BP En el campo todos hablamos el mismo idioma, eso no es un inconveniente. Además te familiarizas rápido con las palabras necesarias para utilizar dentro del campo.

HdB ¿Es Bolivia como te la habías imaginado?

BP Me la imaginaba diferente, al igual que el resto de países en los que he estado. Personalmente estoy muy contento y muy a gusto en Bolivia; es cierto que hay que adaptarse, porque no es un país europeo y está más subdesarrollado, pero para mi está siendo una experiencia muy positiva.

HdB Debe ser muy diferente el estilo de juego al que estabas habituado…

BP Sí, el estilo de juego en cada país es diferente. En el caso de Bolivia lo hace especialmente duro los contrastes en la temperatura. Un día juegas a 40º y el fin de semana siguiente a 8º y 4.000 metros de altura. La altura lo hace ser durísimo. Fíjate que equipos como Boca Juniors, River Plate… no son capaces de ganar a los equipos de aquí jugando en altura.

HdB ¿A qué categoría española equipararías la liga boliviana?

BP Es difícil hacer una comparativa, ya que hay equipazos que compiten en Copa Libertadores contra estos equipos que te he mencionado anteriormente, y luego hay otros compitiendo en Sudamericana (de gran nivel también). Después, los equipos restantes más modestos podrían equipararse a equipos de Segunda B.

HdB ¿Recomendarías la experiencia de dar el salto al extranjero a tus compañeros?

BP ¡Desde luego! Pienso que es un reto bonito el probar suerte en un fútbol diferente, además de una buena oportunidad y un enriquecimiento cultural y una experiencia inolvidable.

HdB ¿Qué objetivos te marcas a corto plazo?

BP No me pongo ningún techo, soy una persona ambiciosa y exigente conmigo mismo. Me gusta jugar al máximo nivel posible y me gustaría poder disputar una Copa Sudamericana, o una Libertadores.

HdB Juguemos al director deportivo… ¿A qué jugador te traerías a jugar a España si de ti dependiese?

BP Hay varios jugadores, entre ellos los españoles Callejón y Capdevila. Pero por decirte el nombre de uno bloliviano… Chumacero, centrocampista de The Strongest, que es un auténtico jugadorazo.

HdB ¿Qué te llevarías a Bolivia de España, y viceversa?

BP A Bolivia traería a mi familia y amigos, y algunas comidas de España que echo mucho de menos. Y de Bolivia a España… Algunas curiosidades de la vida cotidiana, como la posibilidad de comer infinidad de cosas a pie de calle por un precio muy asequible para todo el mundo.

HdB ¿Te atrae la idea de volver a jugar en España, o vas a seguir compitiendo lejos de nuestras fronteras?

BP Me seduce la posibilidad de competir al máximo nivel posible, sea en España o en el extranjero. No le cierro puertas a nada.

HdB ¿Sigues la Segunda B desde la lejanía? ¿Por qué equipos apostarías para el ascenso?

BP Sí, trato de seguir el fútbol todo lo que puedo. El 90% de lo que leo son cosas relacionadas con el fútbol. Y respecto a los equipos que ascenderán… Es una pregunta difícil, pero si tengo que dar una predicción, diría que Barakaldo CF, Real Murcia, Cádiz CF y Racing de Santander.

HdB ¿Qué jugador con el que hayas coincidido te ha sorprendido de una forma más positiva?

BP En juveniles tuve la suerte de entrenar una semana con el FC Barcelona, y en ese equipo estaba Thiago Alcántara. Es el jugador más especial con el que he coincidido.

HdB ¿Qué es lo primero que buscas en internet cuando sabes que vas a jugar en Bolivia?

BP Lo primero que miré fue el tema de la altura, ya que aquí está el estadio a mayor altitud del mundo (4000 metros). Y jugar a esa altitud es algo que me llamaba mucho la atención, y leí un poquito sobre ello en internet.

HdB Cuéntanos alguna anécdota de tus primeros días en Sudamérica…

BP En Bolivia recuerdo que los primeros días tenía que beber mate de coca para los dolores de cabeza por la altura. También se producían sangrados por la nariz y era imposible dormir por la agitación de la respiración. Además, no era capaz de subir unas escaleras sin parar a descansar, o mantener una conversación sin tener que parar, porque la falta de oxígeno hace que estés ahogado y respirando como si estuvieses haciendo un gran esfuerzo físico.

HdB Y ya por último, Bruno… Haz de guía turístico y recomiéndanos qué visitar de los países en que has jugado…

BP De Hungría os recomendaría visitar Budapest, es una ciudad increíble. De Islandia merece la pena todo el país: el blue lagoon, los géiser, los lagos helados… Y en Bolivia, Potosí. En concreto las minas, las aguas termales, y el salar de Uyuni.

Palabra de Bruno Pascua